miércoles, 24 de octubre de 2012

un día duro


Miércoles 24 octubre 2012
Hoy mi reflexión  va acerca de la indiferencia vs empatía del personal enfermero.
Hoy fue un día muy duro en urgencias, ingreso un paciente psiquiátrico de unos 30 años de  edad  con trastorno delirante de tipo somático, el paciente manifiesta  que tenía  “algo “dentro de su aparato digestivo, que le duele  y molesta,  y necesitaba por todos los medios posibles  sacárselo; al parecer este paciente  ha  ingresado varias veces por el  mismo delirio, desde el 2007.
Cuando llegó,  observe que  la única preocupación que tenia era esa angustia de querer parar esas sensación que experimentaba, una vez revisado por el psiquiatra, lo único que nos dijo fue: “tenerlo en observación”, se quedo sólo en  el box, angustiado  sin ninguna vigilancia, supuestamente controlado.
 Al cabo de unos minutos se oía por todo el pasillo ruido de vómitos, nadie prestaba atención,  seguí el ruido, y entre el box del paciente, estaba intentando purgarse, para poder  parar esas sensación que experimentaba, cuando entre vi una gran cantidad de sangre por el suelo y al paciente manchado por completo, al verlo,  me recorrió una sensación de desesperación  y de angustia al ver   su desesperación y ver que lo único que quería lograr con su acto era  parar lo que sentía. Me quede paralizada, no  reaccionaba, no sabía que decir ni que hacer, intente tranquilizarle, pedí  ayuda, pero nadie le prestaba atención.
Me sentí impotente ante la situación, me sentí mal y triste al pensar que una persona tan joven  pasa por esta situación, que necesita ayuda y nadie se la  da, en ese momento llegue a pensar que nadie le presta atención simplemente por ser un problema psiquiátrico,  porque en realidad lo que nos enseñan  en la universidad y en los cursos es  el concepto de los  problemas, pero la verdad es que nadie te prepara para  enfrentar estas situaciones.
Y  me llego a plantear que si nosotros como personal sanitario no somos capaces de enfrentar esa situación o de  prestar atención y ayuda, por miedo o por simple indiferencia,  por quien va a ser ayudado, si ya la sociedad de por si   los discrimina y da de lado con solo oír la palabra psiquiátrico.
Desde mi punto de vista, al final, por una mala vigilancia y control, el paciente llego al extremo de la desesperación  y actuó de esa manera,  y debido a ello, hubo que sedarle, para que tuviese un poco de paz, al cabo de las hora se le traslado a  una habitación, sedado y con sujeción para evitar que se autolesionase,  aun así, fue tanto el  punto al que llego su trastorno, que logro desatarse de las sujecciones   y nuevamente empezó, sin que nadie le viese,  a purgarse de nuevo, fue  una sensación horrible, porque quieres ayudarlo y no sabes cómo;  y mi sensación ya, por último aumento al oír  al paciente decir que lo “sentía que era consciente de lo que le estaba sucediendo pero que no sabía cómo pararlo que lo intentaba  pero no lo conseguía”,  se encuentra en esa situación y lo primero que hizo es pedirnos disculpas, no tengo palabras para describir lo que sentía en ese momento, solo sé que  sin una buena actuación y apoyo por parte del  personal sanitario que le atiende tanto en  situaciones de urgencias como en su   día a día, el paciente no va a poder salir solo del problema que presenta y que su familia va a necesitar todo el apoyo de nuestra parte.

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